Día de los archivos
Por primera vez en mi vida estoy trabajando en un archivo de verdad. Cientos de miles de fotografías a mi alcance, donde se mezcla lo más banal e insípido con algunos destellos de genialidad. Espacios donde las autorías se pierden en zambullidas en años y temáticas, carpetas de donaciones y ficheros, montañas de documentos imposibles de actualizar.
El trabajo que realizo no es más que una extensión de lo que ya llevo haciendo años para mi propio disfrute. Es por eso que estoy aquí escribiendo estas líneas y por lo que, seguramente, me leéis. Había nadado hasta las profundidades de decenas de archivos muchas veces, pero siempre online, en un laberinto de formatos, filtros y otros sistemas normalmente arcaicos, indómitos para el gran público y de difícil acceso. De lo que estoy trabajando hablaré en el futuro, pero hoy, en celebración de la ya pasada semana de los archivos os invito (de nuevo) a sumergiros en ellos conmigo. Y para que no sea un trabajo muy duro os animo a navegar por algunos que a mi me parecen estar bastante al día.
Con más de 100.000 fotografías en sus arcas el Albertina Museum supuestamente es el museo fotográfico más importante de Austria. Entre los nombres que me llaman la atención de su colección están Robert Frank, Lisette Model, Eikoh Hosoe, Seiichi Furuya, Saul Leiter, William Klein… y no sigo porque es inacabable. Pero de todos estos no os quiero hablar porque si no los conocéis ya deberíais estar investigándolos (y en este archivo podéis encontrar muestras muy buenas). Llegué a su colección a través de Manfred Willmann, autor del increíble “Das Land”, y de quien estoy repasando mucho su obra recientemente.
Este autor es más o menos conocido como para que alguna gente aquí sepa de quien hablo. No tan famosa es otra austriaca, Elfriede Mejchar, fotógrafa que tiene una increíble serie llamada “Simmeringer Heide und Erdberger Mais”, donde se representa la histórica lucha entre la naturaleza y la tecnología o lo humano. En medio formato, como Willmann, pero en blanco y negro (sepia de hecho) más parecido a los primeros trabajos de ese otro fotógrafo. La serie completa no está en Albertina, sino en el Wien Museum. Con un formato menos interesante de reproducciones, pero mucho más extenso en material de esta serie y casi 7500 fotografías digitalizadas, también es un archivo interesantísimo a explorar.
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Otro archivo del que he hablado varias veces es el del HIGH Museum de Atlanta. Su trabajo de conservación y digitalización está focalizado en el movimiento por los derechos civiles de Estados Unidos. Este espacio de protesta que se alarga décadas tuvo entre sus filas enormes fotógrafos Bruce Davidson o Danny Lyon.
Explorar el HIGH es un buen recuerdo de toda esa política que se ha hecho desde los márgenes. Desde Black Panthers a marchas como las de Selma, la insurrección y la desobediencia civil marcan la norma en este archivo estadounidense.
Pero volvamos a nuestras tierras. Se que he hablado de museos propiamente que contienen dentro colecciones y archivos. En España existe la Biblioteca Digital Hispánica, también muy comentada por mi parte de hace unos años. Desde luego no es nada accesible, es una lástima porque el gran público podría descubrir allí parte de su historia muy fácilmente.
De más alegre visita es el Arxiu Municipal de Barcelona. Allí hay de todo, pero destaca por su importancia los fondos digitalizados del fotógrafo Carlos Pérez de Rozas y de sus hijos. Fotos como la que os pongo aquí, a lo Weegee pero en Barcelona, son de una calidad fotográfica totalmente desconocida para la mayoría de su generación en España. Hay otras más conocidas, las podréis encontrar rápido, pero la gracia de un archivo es descubrir lo que se ha dejado de lado. Como es un archivo municipal podréis encontrar de todo, también cartelería, ilustración, objetos, libros… y es importante recordar que permiten descargar estas digitalizaciones, algo bastante poco habitual.
Y para acabar, y aunque parezca mentira, los archivos no tienen por qué mostrar fotografía de otros siglos. Una muy buena prueba de ello es el archivo del SFMOMA, una institución enorme que no para de adquirir obra nueva. Lógicamente, con el tiempo, muchos trabajos cobran fuerza. Pero en este archivo encontraremos trabajos hechos desde hace un año hasta hace cien; desde artistas emergentes bastante jóvenes a series (nuevas o viejas) de grandes fotógrafos de todas partes del mundo. Su web, aunque un poco lenta a veces, es realmente sencilla de navegar: perfecta para cualquiera que quiera deleitar sus ojos con una selección maravillosa y poco más.
Como en cualquier otro archivo, cuando naveguéis por el SFMOMA encontraréis cientos de nombres que no conocéis, pero seguro a mucho os sonarán algunos como Jim Goldberg, Daido Moriyama, Ken Light, etc. Su fondo es impresionante en todos los niveles, también en el fotográfico.
Como podéis comprobar hay archivos para todos los gustos y localizaciones. Una muy buena forma de conocer vuestra historia es buscar el archivo local, que casi seguro existe. Por desgracia el nivel tecnológico en esos espacios está bajo mínimos, y en un mundo digitalizado los archivos se convierten en lugares bastante desconocidos por las nuevas generaciones.
Casi todos esos espacios están intentando ponerse al día, pero la carencia de medios es habitual. Es el último sitio que interesa a la administración, y sin embargo es de los pocos lugares que con unas pocas visitas nos enseñan el pasado para comprender el presente y el futuro.