En la época de lo digital, donde el algoritmo y no tu interés marca lo que ves, está siendo complicado generar relatos alternativos a grandes medios, gobiernos o marcas. Hay excepciones, por supuesto, pero comparadas con la opción mayoritaria son pequeñas hormigas contra gigantes. Hay que decir que me encantan y colaboro activamente con esos espacios, pero hay una constante piedra en el zapato de esos medios y de otras formas culturales alternativas, y es que su espacio de difusión siempre es una red social controlada por una empresa gigante o el buscador por antonomasia. Es así como se les llega a conocer y es así como difunden su trabajo: sea un artículo, un podcast, una actividad cualquiera, un evento físico…
El usuario medio encuentra todas esas alternativas a través de Internet, y no porque ha ido a una charla del ateneo anarquista ni porque se ha fijado en un cartel en la pared que anuncia una manifestación. No digo que no funcionen esos sistemas, pero creo que son medios que ya no atraen más que a grupos muy reducidos de personas y probablemente con un interés previo, con pequeñas excepciones. Nos encontramos con un formato de difusión de información que pasa por enviar los mensajes a cinco actores principales: Amazon, Microsoft, Google, Meta y como sea que se llamen las propiedades de Elon Musk. Son ellos los que se encargan de procesar la mayoría de relaciones entre personas y servidores en Internet, y por lo tanto también median en los contenidos y el alcance.
Esos sistemas, fáciles de usar y populares, son extremadamente caros y un gasto energético sin ningún tipo de sentido en estos tiempos de ecologismos. Además, como se ha visto recientemente pero siendo un problema ya histórico desde el inicio de su existencia, se promueven contenidos que venden y que alimentan la necesidad del consumo por encima de aquellos que ofrecen gratuitamente conocimientos e ideas. En parte es natural, hay que mantener esos miles de servidores, los cables que conectan continentes y otras barbaridades pagadas por esas mismas empresas. Pero a la vez nos encontramos con que difusiones de temas políticos o simplemente cultura gratuita queda relegada a un segundo plano y doblemente fuera del sistema: fuera por decisión propia, y expulsadas por el algoritmo. Y poco hay que decir sobre cuentas de difusión de información que se cierran, caen en el shadowban o se les borran posts que son considerados problemáticos.
Ante esta situación, y existiendo alternativas, mi propuesta es usar las alternativas. Hay que rechazar por completo esas maquinarias de venta de anuncios donde no cabe nada humano más allá que el capital. Y con estas alternativas no estamos hablando de otras empresas más pequeñas; sino de servidores que podrías tener en tu casa o utilizar los de alguien que ya los tiene montados.
Hace cosa de un año o dos me conecté a Mastodon por primera vez en mi vida. Se trata de una web al estilo de Twitter pero “federado”, abierto y disponible para cualquiera que quiera instalarlo. Descubrí Mastodon través del servidor Kolektiva, que pertenece a un grupo anarquista y que en aquel momento era uno de los servidores con más movimiento, pero hay decenas de miles de servidores.
Más allá de lo que diferencia a Mastodon con Twitter, creo que es importante explicar eso de “federado”. En ese mundillo se habla del “Fediverso” (el universo federado) que no es más que una serie de software generado para emular las redes sociales más populares y que se interconectan entre si. Todos tienen diferencias con sus originales, pero igual que Mastodon sería el Twitter, Pixelfed sería el Instagram, PeerTube es obviamente Youtube y Lemmy sería el Reddit. ¡Y hay más! Todos estos servicios son descargables y los puedes compilar y ejecutar tú en un servidor local, incluso modificando el código, y todos tienen una cosa en común: están basados en ActivityPub.
No quiero entrar en cosas muy técnicas, pero básicamente ActivityPub es la capa que hay debajo de estas nuevas redes sociales. Este cable conector es un lenguaje común entre estas redes sociales y los servidores que permite que, por ejemplo, crees un servidor de Mastodon en tu casa en Barcelona y puedas ver desde él todos los servidores de Mastodon del mundo (si no los bloqueas) y ellos a ti (si lo permites). En ActivityPub se determina cómo se sigue a un usuario, dar like, hacer un post, subir imágenes… es decir, toda la operativa básica de cualquier red social. Y todas las redes sociales que lo implementan lo usan de la misma forma.
Como es una base tan amplia hasta puedes seguir a usuarios de Pixelfed desde Mastodon por ejemplo, porque todo está generado desde un solo formato; lo único que verías los posts de Pixelfed como si fuesen “toots” (así llaman a los “tweets” en Mastodon): el texto del post sería el texto del “toot” y las imágenes irían añadidas debajo. Estas redes sociales no diferencian bien desde qué software se envía el dato. Por lo tanto son, simplificando al máximo, interpretaciones visuales diferentes de la misma base de red social; es decir, de ActivityPub. Se puede comparar de forma muy sencilla con el email: da igual si mandas un email desde Gmail, Hotmail, Proton, la universidad… la cuenta de correo a la que te dirijas, esté donde esté, recibirá el mensaje porque todas tienen la misma base. Los SMS igual, no importa el móvil o la compañía telefónica. Esto es lo mismo pero con la complejidad de las interacciones de estas plataformas.
Las aplicaciones del Fediverso son extremadamente útiles y ponen por delante al usuario en vez de la red social o los anuncios. Tú decides en qué servidor entras, si lo manejas tú, la seguridad, tu privacidad y el control de cualquier tipo. Todo está en tus manos. El cambio de ambiente es radical: pasas de no ver la alternativa a prácticamente solo ver la alternativa; es un espacio que elimina los egos al no tener algoritmos decidiendo por ti según seguidores y lo famoso que sea alguien. ¡No hay anuncios! Ni gente vendiéndose para ser un anuncio con patas (alguno habrá…). Desconozco si hay ya influencers ahí.
En definitiva tú decides qué ves y qué no. También qué se puede ver tuyo y qué no. Como los servidores suelen ser temáticos puedes leer todos los posts públicos de tu servidor y descubrir a gente de una forma orgánica, por interés propio y no por intereses ajenos (contenidos pagados, mayor conversión en ventas, etc). También puedes ver un feed de todos los posts de todos los servidores del mundo.
Sería quizás posible la crítica de que hay muy poca gente, pero tampoco es cierto. Se sabe que hay como mínimo unas catorce millones de cuentas solo en la red de Mastodon. Sí, pueden faltar contenidos en lenguas que no sean inglés, pero igualmente hay muchos usuarios que se comunican en castellano (y catalán). De hecho en Kolektiva la mayoría de moderadores hablan castellano y uno hasta catalán. Siempre que entro ahí encuentro cosas interesantes, y se generan conversaciones naturales con extraños sobre temas que a todos nos preocupan. No se permiten cosas obvias como spam, racismos, machismos, pornografía, etc pero tampoco desinformaciones, teorías conspiranoicas sin base alguna, promoción de candidatos electorales… las bases de ese servidor son muy interesantes.
Todo esto hace que podamos pensar que nos estamos recluyendo de nuevo en burbujas, perdiendo el poder de comunicación que nos da un Instagram, por ejemplo. Y desde luego, es así. Pero hay que encontrar un balance entre lo positivo y lo negativo que aportan estas tecnologías, además que es de esperar que los usuarios se multipliquen en los próximos años.
A mi personalmente los feeds basados en el algoritmo de Instagram me dan ansiedad y las cantidades de anuncios me parece que no tienen sentido. Que se me muestren decenas de cuentas que no sigo y que además no me interesan me saca de quicio. No os digo ya nada de TikTok, se me hace imposible querer volver ahí. Quizás es un tema generacional pero es que no lo entiendo. Si Mastodon sigue creciendo desde luego muchas empresas que ahora se aprovechan de las plataformas mayoritarias querrán sacar el máximo que puedan de esta nueva tecnología. Ser los primeros siempre es un incentivo, y si funciona el resto querrán sacar parte del pastel; pero eso no quita que todo lo otro que he comentado hasta ahora funcione de igual forma. Los servidores que permitan este tipo de funcionamiento o anuncios pueden ser bloqueados, seguirás pudiendo hacer tu servidor, conectarte a la comunidad que te apetezca…
Como conclusión creo que el Fediverso, aunque un poco solitario, es activo y fuerte, está en crecimiento y desde luego tiene mucho trabajo por delante. El modelo que plantea es la antítesis de los modelos que se utilizan ahora en las redes sociales más populares. Bebe de los antiguos foros y de las ya también antiguas redes sociales más conocidas. No es que usar estas plataformas tan nuevas sea un acto revolucionario, pero desde luego resta un poder increíble a las empresas que hasta ahora han hecho negocio con prácticamente nuestra vida entera convertida en datos. Por algo bloquean los links hacia estas plataformas. Además devuelve la intención original del Internet como red de redes, interconexiones a escala planetaria con la ilusión de conocer a gente, compartir y aprender; todo lo opuesto a la actualidad.
Creo que el crecimiento será paulatino y la migración será lenta pero constante, especialmente viendo las creaciones de servicios de esas mismas empresas imitando a sus competencias, y la adaptación de ActivityPub en algunas de esas redes: Tumblr, Medium, Flipboard y eventualmente Meta ya están trabajando con este estándar. Y no, el futuro no es Mastodon, sino una red más compleja que teja todas esas subredes en una sola, pero que funcione desde tu habitación y puedas gestionarla tu mismo. En definitiva, la autogestión.
Descentralizar redes, interoperabilidad entre servidores, libertad de escoger servicios para conectar online porque con una sola cuenta accedes a todos; todo eso está muy bien explicado en el Fedizine. Pero lo mejor que podéis hacer es registraros en alguno de estos servidores y ver si os interesa o no.
Foto de portada de Peah Pauline Guilmoth.